Nadie duda que seas tú
que seas el deber ser
canon de la justicia y de la razón
nadie está contra ti
ninguno te apunta en la frente
no hay dedos que disparen
ni siquiera se atreven a mirarte los ojos
todos lo dan por hecho
por supuesto claro obvio sin duda
tú tienes la razón y los sabes
has aprendido a calcular
cada paso cada estrofa cada voz
nadie duda de ti
sólo que no quieren dejarte caer
en las garras de la perfección
Suite 2. D menor, BWV 1008

Un día después
los guijarros seguían cayendo.
La voz profunda de generaciones reencontradas
surgía de las cuerdas vibrantes
acariciadas con tierna furia.
Rostropovich musicalizaba
el entierro del muro bajo sus escombros.
Veintiún años después
las manos del virtuoso continúan la caricia
como todas las manos de cada intérprete
desde hace tres siglos.

El muro no ha dejado de caer...
La primera interpretación no ha cesado...
Bach sigue dibujando la nota final.
La Suite continúa ejecutando
fragmentos del tiempo
y acumulando fragmentos.
Otros tiempos transcurren a su ritmo
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaacíclicos y simultáneos.

Variación Turca sobre un tema de Silvio Rodríguez

Tema: Mujer con sombrero

Yo no vine a ti , viniste tú
yo no te esperaba y te besé
se supone que debo callar
se supone que debo reír
se supone que no debo protestar

Se supone que eres un regalo
que se me rompió enseguida
y ahora , nada , lo de siempre
se supone que eres el sombrero de una fiesta
de esos de cartón para la ocasión

Oh, mujer
si supieras lo breve que entraba la luz
en la casa de un niño , en un alto edificio
y que era la hora esperada del día
no me hubieras tocado en el hombro una vez

Oh, mujer
si supieras lo breve que entraba esa luz
en una casa que se llamaba la noche
en una casa en la que no había más puerta
que la de la razón de aquel niño sin fe

Ahora se supone y nada más
yo también quisiera suponer
que la cobardía no existió
que es un viejo cuento de dormir
pero quedo yo en medio de mí.

Y en medio de las mismas paredes
sonriendo a los amigos
yendo allá desayunando
pero quedo yo aquí aplaudiendo una vez más
a los fantasmas de las tres

Oh, mujer
ojalá que contigo se acabe el amor
ojalá hayas matado mi última hambre
que el ridículo acaba implacable conmigo
y yo de perro fiel lo transformo en canción

Oh, mujer
no te culpes , la culpa es un juego de azar
nadie sabe lo malo que puedes ser riendo
ni lo cruel que pudiera salir un regalo
no te asustes del día que va a terminar
no te asusten los puentes que caigan al mar
no te asustes de mi carcajada final.


Variación

Dime a qué hora vinimos a caer
en la cuenta de la espera eterna,
del silencio atragantado de nosotros,
y nosotros caminando como ciegos
pidiendo a alguien una bofetada

pidiendo, a lo mejor, el regalo libertario
que se fragmentara en nosotros
cortando y desangrando el espejismo,
la descomposición de la falsa luz,
un incivilizado apagón urbano

Pero mujer,
nadie vino al pozo a rescatarnos
los niños se ahogaron dentro, lo taparon,
y la noche era día y todas las viceversas;
no debimos cortar nuestra cinta inaugural

Mujer,
nadie vino al foso a taponearnos
ni a taparnos, no pusieron techo
y nuestra tumba ha quedado abierta
en peligro con dos niños dentro

Sólo queda suponer un hado,
el dedo divino retirándose implacable
para despojarnos hoy de las termitas.
Falta saber quiénes fuimos
en este cuento de dragones y disparos

Somos títeres del leñador,
personajes del autor
y nos movemos a merced suya
y nos creemos responsables, culpables, conscientes
y nos afanamos en conocer el mundo

Pero mujer,
hasta el amor salió perdiendo
en medio de tanta tinta y pluma fuente
qué ridículo nos resulta el duelo
y yo de perro fiel lo transformo en lo peor

Ay mujer,
espiral, resorte, tornillo, tuerca,
quién iba a saber nuestro desastre, drama,
ya no quedan regalos bajo el árbol,
abrimos la caja que nos encierra,
abriste mis ojos para la muerte,
abriste mis ojos para verte.
Todo cabe en un microrrelato sabiéndolo relatar.
"El futuro angustia por su inminente incertidumbre;
el pasado, en el poder de modificarlo
y ya no saber si el recuerdo es el mismo de hace unos minutos."

Lev Koslov, 1988, LA INMINENCIA DE LA NADA,
De visita en New York.
Los poetas son unos mentirosos
cuál cara de la Luna
si es sólo su gordo culo de luciérnaga el que miramos
para no hacernos perder en la oscuridad
la inmundicia de unos cuantos billones miserables
en su camino a la colosal zambullida en el escusado humano
pero aún Luna es compasiva
alumbrando en las noches
la sonrisa del indigente
el asombro del niño en noche de reyes
el cuerpo fatigado de esposa
reencontrando su tierna bestia
la humedad evaporada
sobre un lánguido marido cansado
hallándose nuevamente hércules adolescente
los instrumentos azules tocando músicos
con tonos etílicamente esperanzados
a beatas putas haciendo y rehaciendo hombres
chupándoles el fuego y el frío
a los solos juntándolos en soledad impar
seduciendo acompañantes y extraños
Ah! Luna nos das el culo en vez del rostro
aaate comprendo
también estás cansada de escuchar
el llanto desde la primera nalgada
hasta la última patada de la muerte
Para saber quién me iba a matar
y de qué modo
no tuve que ir con los gitanos:
hoy, al verte con ese hombre,
ya sé quién me matará de amor.

Melomanía Turca